La medicina distingue un estrés físico de otro psíquico. El estrés físico es un estado de aumento del consumo energético y de aceleración metabólica que suele estar en relación con situaciones de alerta como accidentes, intervenciones quirúrgicas, etc. El estrés psíquico se relaciona con una situación de tensión nerviosa prolongada, que puede alterar ciertas funciones del organismo.
Para el psicoanálisis lo que llamamos estrés correspondería o bien a un cuadro de ansiedad o bien a una neurosis de angustia o trastorno de ansiedad generalizada.
Hay pacientes en los que le malestar es exclusivamente psíquico, están nerviosos, inquietos, les cuesta pensar, concentrase en el trabajo o la tarea que tiene que realizar pero no presentan síntomas físicos. En estos casos hablaríamos de un cuadro de ansiedad.
Hay otros que a esta inquietud de base le suman síntomas físicos diversos, ya sea en forma de un ataque de angustia (aceleración del pulso y la respiración, sensación de muerte inminente…), ya sean episodios de vértigo, diarrea, dolores osteomusculares, palpitaciones, entre otros.
Aunque habitualmente el estrés se relaciona con factores externo, para el psicoanálisis la causa no es exterior al sujeto. Se trata en general de cuestiones que la persona con estrés no puede elaborar, que no puede pensar y que él mismo desconoce porque son inconscientes. Son personas que toleran mal la incertidumbre, el no saber qué va a acontecer.
El tratamiento psicoanalítico les va a permitir elaborar esas cuestiones, poder pensar su vida actual y futura sin necesidad de enfermar.